MÁS ALLÁ DE LAS DICOTOMÍAS


Por Roger Adan Chambi Mayta

“¡Han perdido a su mejor líder!” “¡Ahora volverá la derecha!” “¡Pobres indígenas!”, son algunos de los comentarios que recibí de parte de algunos amigos en Brasil después de la renuncia de Evo. Para muchos aquí, Evo Morales representaba ese gobierno de izquierda, progresista, anticapitalista y sobre todo ¡el principal defensor de los pueblos indígenas y del horizonte del Vivir Bien! A la primera crítica, ya me tacharon de ser defensor del golpe del ex presidente indígena.

“Si se va la izquierda vuelve la derecha”, “¿Eres de izquierda o de derecha?” me pregunta un amigo por el messenger. Otra vez la típica y simple dicotomía que pretende poner a unos en el bando “revolucionario” y a los otros en los reaccionarios. Como si las cosas fueran así, tan simples, como si fuera solo cuestión de ponerse un título ideológico. Ahora bien, entiendo que estas lecturas responden a la idiosincrasia brasileña, mis amigos me hacen preguntas y juzgan en un ejercicio de analogía de lo vivenciado con Temer y Bolsonaro, no los juzgo. Pero estamos hablando de Bolivia, de un país que tiene una larga tradición de luchas indígenas y donde la izquierda y derecha siempre respondieron a ese sector blancomestizo racista y discriminador con los racializados.

Por eso les digo a mis amigos que, no se extrañen de la existencia de aymaras críticos al gobierno de “izquierda” de Evo Morales y que no por eso somos defensores de la derecha

¿Hay reaccionarios que quieren hegemonizar la coyuntura de violencia para su provecho? Es evidente. ¿Bolsonaro y Trump estarán celebrando este contexto? No lo dudo. Pero ¿por temor a eso debimos haber continuado con Evo un cuarto mandato? ¿Por eso teníamos que seguir mirando como surgen nuevos ricos blancomestizos a nombre del gobierno indígena? ¿Por eso teníamos que soportar la instrumentalización de nuestra historia, de nuestra cultura para beneficio de unos cuantos?

“¡Pero piensa a nivel estructural, el sistema mundo, el imperialismo!” me cuestiona mi amigo, y es cierto, hay que pensar a nivel macro. ¡Pero los primeros que debían haber pensado en esas consecuencias eran los del gobierno! Ellos fueron los que sacrificaron el llamado “proceso de cambio” al no construir nuevos liderazgos legítimos que continúen su gobierno. ¡Un cuarto mandato, aparte de ilegal, era intolerable! Escuché una vez decir a un abuelo Aymara que “Evo se dice indígena, pero no cumple las prácticas de la comunidad, las autoridades siempre tienen que rotar, por salud”; me decía. Y ahora me pregunto, tanto hablaban los del gobierno del Vivir Bien, ¿hasta qué grado un cuarto mandato nos acercaba a un Vivir Bien? ¿Se habrán hecho esa pregunta los masistas? ¡Claro que no! ¡ni les importaba!

Pero ya, Evo no está más en el país y dejó a su pueblo que dice amar, en medio de fuertes convulsiones sociales. La wiphala, bandera histórica de los pueblos andinos, se quedó erróneamente como sinónimo del MAS. Su gente que tanto lo respaldaba en redes sociales ya no dicen nada. Pareciera que están felices viendo cómo el pueblo se anda enfrentado después de sus tácticas instrumentalizadoras. Los reaccionarios queriendo aprovechar el momento no dudaron en quemar la Wiphala y amedrentar a todo aquel que sea racializado. Es importante decir que Evo en sus últimos días de presidencia ha llamado a las comunidades indígenas a proteger su gobierno (repleto de gente no indígena) y ahora que no está más en el país, dejó a la población confrontada, con dolor en las calles.

Pero hay resistencia, veo desde la pantalla a mis hermanos y hermanas aymaras en las calles de la ciudad de El Alto, apoyando las manifestaciones en contra del discurso discriminador, gritan ¡No más racismo! ¡Respeto a nuestros símbolos! ¡El Alto de pie, nunca de rodillas!  

Después de la renuncia del presidente la población no se quedó de brazos cruzados. ¡Evo se fue, pero tampoco se aceptará un Camacho!

“Evo era la esperanza en Latinoamérica” me dicen aquí, y yo me pregunto ¿Será que era Evo mismo? ¿Era la persona? Considero que la lectura ha sido equivocada, no fue Evo, el caudillo, la esperanza latinoamericana, sino aquello que representaba en un inicio. Un racializado de clase media baja, parte de una nación indígena de tradición insurreccional que llegaba al poder.

La esperanza latinoamericana viene de esos pueblos, como el alteño en este momento, que se han despejado de esas simples dicotomías de izquierda vs derecha y que salen a las calles a defender sus derechos, su familia, su trabajo, sus símbolos, su historia, su país.  

 

Foz do Iguaçu. Brasil

12/11/2019

 



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