Por Ivan Apaza Calle
Dicen que es odio,
cuando los racializados cuestionan la discriminación. Piden paz cuando siembran
el racismo, pacifican con represiones y no con diálogo ¿Acaso querrán que los
indios queden callados frente a los discursos racistas? En todo caso, en sus
discursos cargados de palabras como: salvajes, hordas, bestias humanas indignas
de ser llamados ciudadanos, indios de mierda, indígenas, bloqueadores,
terroristas…, se devela su “humanidad” y su aparente fundamento de civilizado.
El asunto no es
reciente, de hecho, es una constante en momentos de conflicto. Los
descalificativos o el contra discurso a los sujetos que cuestionan el orden
racializado en las interacciones sociales, es para legitimar y establecer en el
sentido común de la sociedad que, los movilizados de reivindicaciones de corte
histórico, son los que siembran el racismo, pero en el fondo, es la segunda
parte del mismo discurso racista: acusar de racistas a los racializados.
¿A qué se debe esto?
La respuesta es simple: no quieren perder el sitio privilegiado de ser los
ciudadanos de primera clase, pero también, asumen que ese es su lugar, así la idea
de no pertenecer a las hordas ni a los salvajes, es “natural”, una cuestión de
nacimiento y herencia. Se trata por tanto de dejar las cosas como están, ese es
el asunto. No se acepta de ningún modo cuestionar el orden, por eso quien
cuestiona las estructuras de larga duración en la sociedad, como el racismo en
el campo político, es el que siembra odio.
Bajo esa perspectiva,
los intelectuales colonialistas solo hacen énfasis en descalificar el discurso
que cuestiona el racismo y al sujeto que demanda el orden racializado de la
política, pero no el discurso racista de los mismos colonialistas, eso es
normal. Por eso mismo, el discurso de Felipe Quispe Huanca que cuestiona la
bolivianidad y que condena el racismo suena retrogrado y fuera de contexto, esa
misma condena, lleva a la negación tacita y no así a la reflexión del por qué.
Las frases como “no
me siento boliviano”, “soy aymara” y “hay una opresión del q’ara al indio”, les
eriza la piel, porque el mismo eje ideológico de estos intelectuales de derecha
e izquierda, no concibe la diversidad societal bajo el cual está asentada
Bolivia. Para ellos Bolivia es una, los bolivianos son uno y como tal el
horizonte social es la república y no el Estado multinacional. Se niega de tal
manera a los otros que reivindican su cultura, su idioma, su filosofía y su
religión.
Es inadmisible para
los intelectuales colonialistas, que los racializados cuestionen la
discriminación ¡Ah! Pero eso sí, les parece normal discriminar y acusar toda
reivindicación étnica como un nacionalismo excluyente y hasta racista, por
tanto, se entiende que los indios en momentos de paz, para estos intelectuales,
son la reserva moral y aquellos que están en contacto con la naturaleza y en
momentos de conflicto son los que bloquean el progreso del país, los que están
en contra de la vida, los que siembran odio, aun cuando estos son los que
sostienen con su fuerza la economía nacional, aun cuando estos luchen por un
porvenir, por un Estado multinacional.
Si hay una solución
para este problema, es que la clase política y los intelectuales se despojen
del eje ideológico hispanista y considerar primero que Bolivia posee una
diversidad societal y que las reivindicaciones de autodeterminación nacional de
las culturas son justas, que el sentirse primero guaraní, aymara o quechua antes
que “boliviano”, es tan legítimo dentro del Estado multinacional, es decir, se
trata de afirmar la sociedad como es. Asimismo la necesidad de reflexionar el porqué
de un discurso y de los hechos sociales.
Comentarios
Derrocar una K'ara es una reivindicación? O es la necesidad de un retorno al poder en el que se evidencia la falta de gestión de la salud?
Nadie niega los hechos de corrupción, ojalá sean castigados.
La segunda cuestión es: donde estaba esta necesidad de "reivindicación" en una lista larga de hechos de corrupción cuando "el indígena" estaba en el poder?
No caigas en la falacia: esto no es una reivindicación, es una lucha racial