1781: EL TUPAKATARISMO ES UNA DINÁMICA ANTICOLONIAL

Por: Iván Apaza-Calle

La interpretación de la historia, evidentemente, solicita atención, cuidado para sumergirse en lo más concreto posible, pues, de no ser así, la distracción, la simplificación o el “colonato mental” ―utilizando los términos de Reinaga― al momento de analizar un determinado hecho histórico, puede conducirnos a la falsificación. Los historiadores de la intelligentsia del cholaje blanco-mestizo instrumentalizaron la revuelta tupakatarista de 1781;esta utilización  condujo a que la guerra india apareciera como una lucha puramente económica, de una clase ante otra[1], asimismo aparece en la historia oficial como un inicio de la lucha de los españoles contra España[2].Empero, en este pequeño trabajo,  nos daremos la tarea de sumergirnos en las cartas de Tupak Katari, que cobran esencial importancia por tratarse de uno de los pocos documentos escritos del “todo indio” y por el mismo hecho que fue emanado por el líder  de la revuelta de 1781, esto nos conducirá a entender y clarificar la guerra de esa época, me refiero a las cartas de Tupak Katari enviadas al comandante del ejército que combatió a los indios: Sebastián Segurola, desde los cuales, rastrearemos sus características, su “naturaleza” y su forma de transformación; además acompañaremos a estos, con los diarios, de Segurola[3] y del Oidor Tadeo Diez de Medina[4].
 

EL MOVIMIENTO INDIO A TRAVÉS DE LAS CARTAS.

El contexto socio-histórico del Tawantinsuyu, no es el de Europa. Pero Occidente, a partir de 1492, utilizandosus espadas sedientas de sangre india ha implantado su pensamiento, cultura en estas tierras de inkas, mayas, aztecas, mapuches entre otros pueblos; la estructura colonial que constituyó, encierra factores que la legitiman  manteniéndola. Esa totalidad colonial define la vida social del indio, pero no simplifiquemos, porque esto va más allá de lo social: absorbe el aspecto económico, cultural, político, en efecto, la existencia misma del oprimido y opresor en tanto que opresor.
1781. Es un año de revuelta, la cúspide del movimiento indio en el siglo XVIII, una lucha tenaz que sacrificó muchas vidas sometidas a la explotación, opresión, propiciadas por una casta minoritaria: la española; quien tenía la espada llena de sangre india era el q’ara. Los beneficiados del sistema colonial eran sus creadores; no el indio.
Los orígenes de toda revuelta india, siempre han sido por la condición de indio, pero esta también tiene sus raíces, que es la totalidad colonial que no surge por arte de magia ni por cuestiones mitológicas: es una constitución histórica  por parte de los colonos, de la empresa colonialista española. La guerra india de 1781 dirigida por Tupak Katari-Bartolina Sisa se encuentra dentro de esta sintética definición, veamos porqué.
Para entender mejor el análisis que realizaremos, estructuraremos nuestra explicación a partir de la secuencia de cartas enviadas, ya que esto, nos aproximará a escudriñar la transformación del movimiento y su objetivo final.
La primera carta enviada por Tupak Katari, data del 3 de abril de 1781, mes donde se inicia el primer cerco, en este escritose aprecia frases bíblicas que sirven como dictamen al movimiento indio, como la siguiente:

“(…) nosotros vamos sobre este dictamen, lo que es de Dios á Dios y lo que es de César á César, pero si es ya de lo alto nos hemos de acabar, todo se cumplirá la voluntad de Dios en todo y por todo, porque como dicen el mal fruto cortarlo desde las raíces, así nos acabaremos todos…”[5]

Se aprecia que, el EjércitoTupakatarista pretende acabar con los españoles, o sea cuando señalan que el mal fruto cortarlo desde las raíces se refiere a la casta social extranjera y a la misma totalidad colonial como mal fruto. Apaza tiene el objetivo de poner las cosas en su lugar, se puede afirmar que el movimiento indio de 1781, fue una fuerza política-militar, voluntad india en lucha, en efecto, PODER INDIO que desde el Alto de batalla, buscó destruir el  poder q’ara; para comprobar esto que afirmamos, es preciso citar lo que Katari expresa a los q’aras cercados:

 “…tengo de pronto 100,000 soldados de indios en todo el rededor de la ciudad, bien armados y determinados para fundir la ciudad, mas que sea tres cuatro años me estaré en este alto  hasta salir con la nuestra. Pueden ya desengañarse, pues yá es del alto el que cada cosa este en su lugar…”[6]

En otra carta con fecha 7 de abril, se observa claramente que Tupak Katari instruye a que se entreguen los ladrones chapetones. Si en un anterior escrito, declaraba el mal fruto cortar desde las raíces, una guerra que arrase totalmente con los q’aras[7] en esta propone a los españoles salidas para no sufrir tales consecuencias. Esto es lo que dice:

“Conviene para mi, D. Julian Puma Catari, ya queriendo á vosotros criollos, que vengan trayendo á los tres ladrones bien amarrados, y trayendo á esos tres ladrones serán perdonados todos y ellos, los criollos, y los mas chapetones aprisionados, también con eso quedaran  del todo perdonados y serán muy queridos y amantes de mi corazón y alma,… o si nó, que mancomunen todos los criollos para quitar la vida asimismo á todos los ladrones chapetones”[8]

Estas opciones que da a los criollospara poder salvar sus vidas, ciertamente, conlleva condiciones: la de traer a los chapetones ladrones (que son los españoles nacidos en España) a manos de los indios o caso contrario eliminarlos. En el momento en que se escribe, Katari tenía los objetivos de eliminar a los chapetones, perdonando a los nacidos en tierras americanas, a los criollos y mestizos. Si esta opción dada no era aceptada ni cumplida, se les esperaba el arrasamiento de la ciudad española. Tupak Katari en la carta mencionada, termina señalando “…que tengan muy presente esta mi advertencia para adelante, si despreciando esto  ejecutasen á lo contrario se volverá todo en ceniza, no han de durar hasta 8 días…”[9]
El 9 de abril, Tupak Katari baja a la ciudad española, Tadeo Diez de Medina en su Diario, escribe que a las 2 de la tarde “…empezó a descender el motín por la calle San Francisco, con el dicho TupacCatari vestido de cabriole encarnado, de galones, camiseta de terciopelo negro, chupa encarnada de galón, pero ebrio incapaz de ser tratado. Concurrió antecedentemente una carta que, al parecer, es de letra de Bonifacio[10], escrita al padre predicador del convento de San Francisco”.[11] En esta carta lo más resaltante es la advertencia que hizo Katari a los españoles, aún insiste en la rendición y la entrega de los chapetones a manos de los indios, asimismo encarga al padre del convento de San Francisco  anoticiar e informar. La carta expresa:

“…mande a recoger todas las armas, que están en nuestra contra,… les advierto si ejecutando esto y se hacen obedientes  y leales, estoy muy pronto á sosegarme y no hacer ninguna operación, no porque mi ánimo era acabar del todo y volverlo todo en ceniza, y así no desprecien esta mi advertencia, si á lo contrario hicieron se les pasará a horca y cuchillo”[12]

En este transcurso de la guerra, una vez cercada la ciudad q’ara, Julián Apaza tenía pensado ya en lanzar un ataque masivo a los cercados, de indios contra q’aras, pero esperando la respuesta de que entregasen a los chapetones ladrones, las armas, en fin esperaban su rendición,  de este modo  —como la carta expresa—   “ser amigos firmes y constantes hasta la muerte. Y así a todos los europeos los pondré en sus caminos, para que se manden mudar á sus tierras, y los criollos quedaran perdonados para siempre”[13]. Evidentemente los objetivos de la revuelta india  de 1781 en este determinado transcurso de guerra era como se ha podido observar, un proyecto de liberación, autogobierno indio, de autonomía política, de ahí que Katari buscaba la rendición de los españoles (que son los amos, el opresor, el colono) para luego ser amigos con los nacidos en estas tierras, y a los chapetones regresarlos a su madre patria: España. Sin  embargo, esta proyección se irá transformando a medida que avanza la guerra y se radicaliza, como apreciaremos más adelante.
El 14 de abril, Tupak Katari da el ultimátum a los españoles para la decisión de la advertencia que se les dio; asimismo existe otra carta fechada el 27 del mismo mes, en ella se continúa con lo propuesto, sin embargo los blancos aún mantienen su posición de q’ara, buscando la sumisión de los indios ante el opresión colonial, la respuesta de Sebastián Segurola es clara al siguiente día:

“… puedo decirte, que elcontesto de la referida carta es solicitar el perdón del grave delito, en que tu y tus secuaces han incurrido, presentándote con los referidos con la sumisión, humildad y conocimiento del error cometido, podré, en virtud de la autoridad que me esta conferida, y a nombre de mi Augusto Amo, trataros con la benignidad tan recomendada en sus venerables leyes…”[14]

El 29 de abril, la contestación de Tupak Katari es precisa en relación a sus objetivos de guerra, “la carta—expresa el líder indio— que le escribí no fué por solicitar perdón a los europeos, como V. S.: si lo hice fué motivo por amor a los Criollos, por quienes me había encargado mi Sr. Monarca y esto se entiende con los buenos; pero á los malos se volverá en ceniza…”[15] Aquí se puede evidenciar, que la guerra tupakatarista, es contra los europeos, asimismo está en estrecha relación con la lucha tupakamarista. Comparando documentos de Amaru y Katari, el edicto del 23 de diciembre de 1780 escrita por el primero llegó a manos de Apaza[16] a quien le sirvió como fundamento de sus cartas desde la primera correspondencia que data del mes de abril,  por eso en primer momento no se guerrea contra los criollos como Amaru hace notar en aquel edicto, pero ello se irá transformando.
Sin embargo, la contrariedad de la revuelta india hacia los europeos es una explicación simple; sumerjámonos  en  las causas de esta, lo que da surgimiento es la opresión  de la casta social extranjera  sobre los indios, es el bando español quien se encuentra en las espaldas del indio, y es el indio quien quiere despojarse, echar de sus espaldas al q’ara, esto no quiere decir revolcar los  puestos como se aprecia en la carta de Katari sino lo  que busca el movimiento indio es desaparecer esa relación colonial de desigualdad existencial, de separación y antagonismo.
Muy aparte de la respuesta de Katari el 29 de abril, también se envió otra correspondenciafirmada por todas las comunidades de cuatro provincias[17]juntamente con esta primera, en ella existe una metamorfosis en sus objetivos, la lucha no solo es contra los chapetones, también es contra los criollos y mestizos, la historiadora María Eugenia atribuye a Katari como su redactor[18]. No sabemos en su totalidad porque razones ocurrió un cambio repentino, solo existe un dato que nos puede sacar de dudas: la misma carta. Veamos:

“Estamos mancomunados todos y bien unidos; pues las providencias (disposiciones) que había expedido (despachado, mandado) el Sr. Gabriel Tupac-Amaru no lo han declarado, que todo lo han ocultado, y por eso ahora hacemos el ánimo de acabarnos todos, con el fin de que no haya mestizos ni para remedio…”[19]

En este párrafo, podemos apreciar la situación del movimiento indio, un momento de unificación como expresa la carta, es un tiempo resultante del transcurso de la revuelta india, las acciones en el campo de guerra, son heroicas al mismo tiempo sangrientas porque existen muchas bajas en el Ejército Tupakatarista; estos primeros dos meses son días de constante combate donde el mismo movimiento aprende a conocerse, a quitar el ropaje del mestizo que en primer momento se  insertó en el ejército indio como oído y ojos del enemigo, pues ahora “no sirven ni para remedio”. Es en el campo lucha donde los tupakataristasvan adquiriendo experiencia situándose en su lugar.El transcurso de la guerra demuestra precisión y objetivos más claros,ya no son tan confusos, sino entendibles.
En esta mismacorrespondencia es resaltante el estilo de guerra que asume el movimiento indio, ahora se trata  de una cuestión más comprometedora, el compromiso con la lucha o causa es serio, rebasa los intereses particulares, ya no importa la existencia misma, porque esta sirve para eliminar al opresor. Lo que sigue es impactante con respecto a lo mencionado.

“… nuestro asunto es morir matando pues todos estos tiempos hemos estado sujetos, ó por mejor decir, como esclavos y en esta suposición  del Soberano Legislador nos ha premiado este descanso… no obstante que para todo hay tiempo, que aunque nuestro Virey nos ha propuesto en que nos humillemos, no es posible, que siempre los hemos de acabar porque así lo tenemos dispuesto”[20]

Las determinaciones que se aprecian, son una profundización de la lucha indiaporque en este determinado tiempo donde se redacta la correspondencia, los objetivos ya están consolidados, se tiene conocimiento de lo concreto, del estado en que se encuentran: la condición de indio. Pero no llevemos el asunto a un desorden, la guerra se convierte en un sentido amplio en anticolonial por los factores iniciales del movimiento, sin ella no sería lo que es.

LA DINÁMICA ANTICOLONIAL.

A medida que trascurre la guerra anticolonial la nación india se sumerge en la realidad concreta, se conoce aún más y por supuesto, reconoce en una amplitud mayor al opresor; en este transcurso identifica quien es quien, desaparecen en los colonizados esa imagen “del buen q’ara”.  Lo que antes no se podía apreciar ahora se observa con claridad; la dinámica anticolonial quita el ropaje de la totalidad colonial.
1781 es parte de la era colonial donde existen dos grupos: los indios y los q’aras, ambos tienen su lugar, el primero es oprimido y  el segundo es opresor; estas condiciones no meramente se adquiere  por lo económico, aquí una persona logra tener lugar en uno de estos grupos por la casta social, por los orígenes de donde se proviene; evidentemente, esto no explica nada aún, para sumergirnos más en esta cuestión, preguntémonos ¿Quién crea al oprimido y al opresor?, ¿Cómo surge esta situación?, concretamente no es algo mágico, este contexto es creación del hombre, las raíces están en el momento en que los europeos se hallan ante una sociedad diferente a ellos y la invaden quitando el poder de decisión, el político por supuesto; respondamos: quien crea ambas condiciones es el opresor,  es el español el que dio lugar al indio poniéndose este el título de amo, pero ¿Por qué tiene tal decisión? No es la excepcionalidad del europeo ni mucho menos la superioridad, sino la guerra, la violencia permite tal decisión, es la victoria del español ante los inkas, el que da ese poder. Así surge el indio y el q’ara[21]
El indio antes y después de 1781, no toma el lugar de su opresor simplemente teniendo riqueza, no podía insertarse en la sociedad opresora cambiando de atuendo, apellido, tarde o temprano sería rechazado, la totalidad colonial define la condición de indio.
La guerra de Tupak Katari y Bartolina Sisa es anticolonial, es decir, va en contra de la totalidad colonial, ello implicaba tomar el poder de decisión, el político para lograr desaparecer la condición de indio y q’ara, no era una lucha de un grupo heterogéneo de indios y q’aras contra el régimen colonial, es decir de clases sociales, ello prácticamente no sucede en una situación colonial, lo que existe es una lucha de pueblo a pueblo[22]. Entonces el movimiento indio de 1781, es una dinámica anticolonial, que busca destruir la dominación colonial, no pretendía ser parte de esta, sus mismas acciones muestran tal situación





CITAS BIBLIOGRÁFICAS

[1]La obra de Alipio Valencia Vega  titulado “JulianTupacCatari” es un ejemplo claro sobre este asunto que tratamos.
[2]Se aprecia muy bien que Manuel Rigoberto Paredes en un pequeño escrito  “Tupac Katari. Apuntes biográficos” de 1897 sitúa a la lucha anticolonial emprendida por los aymaras  como parte inicial de la “independencia”.
[3]Este diario fue recuperado y publicado por Vicente Ballivian y Roxas  en la “Colección de documentos relativos  a la historia de Bolivia” en 1872, la parte que nos será útil es el tomo I, en el cual se encuentran una serie de cartas del líder indio de 1781.
[4]El diario de Tadeo Diez de Medina, fue publicado gracias a la historiadora María Eugenia del Valle de Siles, la primera edición data de 1981, titulado “Diario del alzamiento de indios  conjurados contra la ciudad de nuestra señora de La Paz”.
[5]BALLIVIAN y Roxas Vicente, “Colección de documentos relativos a la historia de Bolivia”, Bolivia: Casa municipal ‘Franz Tamayo’,  1872, p. 132.
[6]Ibíd., p. 133. El resaltado me pertenece.
[7] Nombre despectivo con que se los conoce a los españoles, cuyo significado es pelado, que no tiene nada. Además, este término en la totalidad colonial implica la condición de colono. 
[8]Ibíd., p. 133.
[9]Ibíd.
[10] Se refiere al secretario de Katari, Bonifacio Chuquimamani.
[11] DEL VALLE de Siles María Eugenia, ““Diario del alzamiento de indios conjurados contra la ciudad de nuestra señora de La Paz”, Bolivia: Banco boliviano americano/Don Bosco, 1981, p. 120.
[12] BALLIVIAN y Roxas Vicente, op.cit., p. 133.
[13]Ibíd.
[14]Ibíd., pp. 134, 135.
[15]Ibíd.
[16] Observemos que Tupak Amaru  en su proyecto de guerra tenía como aliado a los criollos, en dicho edicto, señala que: “Hago saber a los paisanos criollos moradores de Chichas y sus inmediaciones que viendo el yugo fuerte que nos oprime con tanto pecho, y la tiranía de los que corren con este cargo, sin tener consideración de nuestras desdichas y exasperando de ellas y de su impiedad he determinado sacudir el yugo insoportable, y contener el mal gobierno que experimentamos de los gefes  que componen estos cuerpos… Solo siento de los paisanos criollos, á quienes  ha sido mi ánimo no se les siga algún prejuicio, sino que vivamos como  hermanos, y congregados en un cuerpo, destruyendo a los europeos” (LEWIN Boleslao, “Tupac Amaru. El rebelde, su época, sus luchas y su influencia en el continente”, Argentina: Claridad, 1943, pp. 189, 190).
[17]BALLIVIAN y Roxas Vicente, op.cit., p. 136.
[18]DEL VALLE De Siles María Eugenia, op.cit., p. 148.
[19]BALLIVIAN y Roxas Vicente, op.cit., pp.135, 136.
[20]Ibíd.
[21]APAZA-Calle Iván, “Apuntes sobre la totalidad colonial”, en: El chaski. Literatura, ensayos e ideas variadas, año: 3, núm.: 6, Warisayt’a-Qullasuyu, 2013, p. 4.
[22]Cf. MEMMI Albert, “El hombre dominado. Un estudio sobre la opresión”, Madrid: Edicusa, 1971.

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