¿ES EVO O EL PUEBLO?


Por Roger Adan Chambi Mayta

Hay que aceptar que, la derecha en la región, ha celebrado la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia. Las felicitaciones del Secretario de Estado de los EE.UU., del Ministro de Relaciones Exteriores del Brasil, de la Cancillería de Colombia y hasta de Juan Guaidó en Venezuela, no tardaron en manifestarse apenas Jeanine Áñez asumió la presidencia interina de Bolivia. Programas televisivos afines a esta línea como el de Jaime Bayly, en Miami, aplaudieron, hasta de modo jocoso, el fin de la “dictadura” de Evo Morales.

Recordemos que, La derecha, El imperialismo, El capitalismo yanqui, fueron categorías usadas desde inicios del gobierno de Evo para referirse al enemigo central de su gobierno. Ese enemigo que, en palabras del ex presidente Morales, jamás creyó en la soberanía popular de los pueblos[1].

Desde la izquierda, en la región, el respaldo a Evo Morales se manifestó a partir del mundo académico quienes no dudaron en señalar que Morales, el líder indígena, sufrió un golpe de estado y que su vida corría peligro. Los intelectuales descoloniales o decoloniales fueron los primeros en manifestar su repudio al golpe de estado, los cuales consideran, como señaló Grosfoguel, que fue patrocinado por la oligarquía blanca boliviana, anti indígena.

Recordemos que la escuela decolonial ha trabajado y proyecta el horizonte del Vivir Bien, como modelo alterno de vida al capitalismo y socialismo occidental. En tal sentido, el proyecto plurinacional, a la cabeza de Evo Morales, fue inspiración y ejemplo de muchos trabajos académicos de esta corriente intelectual que se hace llamar descolonizadora.

Empecé este artículo con este pequeño bosquejo para situar el escenario internacional y su posición política con relación a los sucesos violentos que está atravesando Bolivia desde la salida de Evo Morales. Es decir, para la esfera política internacional, lo que está viviendo el pueblo boliviano se reduce, por un lado, a un discurso que aplaude la salida del presidente indígena y, por otro, a un discurso que lo victimiza.

Mientras el pueblo boliviano se encuentra confrontado en un ambiente de miedo provocado por el ejército y Evo está fuera del país, como invitado ilustre ¿Es Evo o el pueblo boliviano, el que interesa a los medios de comunicación e intelectuales de la academia internacional?

¿Qué vidas están en juego en este escenario de confrontaciones? ¿El de Evo o el del pueblo racializado que ya lleva más de una decena de muertes por la represión del ejército? ¿Por qué la academia, que se supone que es la que construye pensamiento crítico, sigue ensalzando si fue golpe a Evo o no? ¿Hay alguna posibilidad de esperar un análisis a partir de las experiencias locales? ¿O tampoco, desde la academia, se está abierto a entender la soberanía popular de los pueblos que hoy están en las calles?

Desde mi experiencia en la academia, pretendo problematizar algunos puntos ligados al rol de los intelectuales que estudian Bolivia en este escenario. Quiero plantear dos hipótesis para entender el porqué de las lecturas miopes de la academia latinoamericana con respecto a lo que está pasando en Bolivia.

La primera gira en torno a cómo se está pensando lo indígena dentro las aulas universitarias de la región. Los bolivianistas[2] han centrado sus estudios con respecto a los pueblos indígenas, en los últimos años, a partir de la Constitución Política del Estado Plurinacional. Es decir, se piensa al indígena boliviano a partir de un cuerpo jurídico, a partir de la ley. No por nada, las pesquisas sobre el Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano son tendencia en las facultades de ciencias sociales.

Pensar que los pueblos indígenas en Bolivia estuvieron viviendo un verdadero proceso de cambio por el simple hecho de tener una constitución muy progresista, que hace mención a preceptos filosóficos indígenas, que incorpora palabras en idioma indígena, que reconoce las naciones originarias, que reconoce jurisdicciones indígenas, entre otros, es pensar a los pueblos racializados fuera de su realidad concreta. Diversos estudios locales han demostrado las contradicciones e ineficacias de lo escrito en la Constitución y su praxis. Si bien antes del gobierno de Evo Morales, los estudios sobre los pueblos indígenas se centraban en las movilizaciones sociales, en pueblos en resistencia y contra hegemónicos, los estudios sobre lo indígena a partir de la ley, hoy por hoy, han fijado la naturaleza movilizante de los pueblos, creando un indígena ficticio, alejado de sus prácticas cotidianas. Entonces, la academia estaría entendiendo lo indígena a partir de un discurso creado, idílico, que no logra ver las contradicciones y otras posibilidades de ser indígena en el Estado Plurinacional.

La segunda hipótesis parte haciendo un ejercicio que los mismos decoloniales recomiendan: el pensamiento situado. Todo pensamiento es corporizado, territorializado, nos enseña de Sousa Santos. Es decir, no hay pensamiento objetivo de la realidad, sino que cada reflexión, cada criterio, cada postura política o intelectual responde a un espacio específico, a cuerpos específicos.

¿Desde qué espacio, territorio, se sitúan para hablar sobre Bolivia? ¿Cuáles son esos cuerpos enunciadores que desde la academia observan Bolivia? Las respuestas a estas interrogantes pueden partir situando a la academia como espacio de reflexión y a las universidades de EE.UU., Brasil, México, Argentina, Colombia, como territorios de pensamiento. Los cuerpos enunciadores son blancos, que por más que se propaguen de descolonizadores, hacen el uso de su autoridad intelectual para decir qué es lo que está pasando en Bolivia y qué es lo que no está pasando.

Esta postura académica juzgadora de las acciones populares, olvidan que los pueblos tienen capacidad de agencia y que no son simples muñecos funcionales a la derecha o a la izquierda. Ya que, para el pueblo, la realidad, a secas, no es una cuestión de ponerse una etiqueta ideológica, sino que es un duro proceso de contradicciones entre sus anhelos políticos y las necesidades prácticas del cotidiano. La academia blanca internacional, sobre todo la decolonial, que se considera descolonizadora, no hace el ejercicio de autocuestionar su lugar de enunciación, y aun así se dan la autoridad de decir “tontos útiles” a los sectores populares, que han hecho crítica al modo de ejecutar el proceso de cambio liderado por Evo Morales.  

Estas dos hipótesis no pretenden fatalizar o ningunear los estudios en torno al Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano, que piensa a los pueblos a partir de la ley, ni tampoco pretende deslegitimar las voces académicas de la intelectualidad decolonial. Considero que sus reflexiones han sido importantes para el debate académico, sobre todo en el ejercicio de consolidar pensamientos críticos descolonizadores. El punto recae en que, en situaciones de crisis, como la que está atravesando el pueblo boliviano, ésta academia, en vez de mirar el problema a partir de sus teorías, debería darse una vuelta por el territorio boliviano, o al menos conversar con informantes no ligados al partido de Morales. Tal vez así cuestionarían la autoridad intelectual que se han atribuido para anular o ridiculizar las voces contrarias al gobierno de Evo.

Fuera de Bolivia, se ha creado un imaginario de lo indígena a partir del liderazgo de Evo Morales que no deja ver a los pueblos indígenas en sus propias demandas y contradicciones. Evo ha manejado la consigna de “Evo es pueblo” pretendiendo personificar en él la basta población de los pueblos indígenas. Es hora de romper esa ficción. Evo no es pueblo, porque el pueblo está dando una vez más su cuerpo y su sangre para defender sus derechos, a pesar de las duras represalias militares, mientras que Evo, como invitado ilustre, está en su papel de víctima ante la comunidad internacional, negando sus errores como mandatario del gobierno indígena.

 

                                                    Foz do Iguaçu, 18 de noviembre de 2019.    



[1] https://w ww.telesurtv.net/news/Evo-Morales-destaco-lucha-indigena-contra-el-imperilaismo-20160817-0032.html
[2] Grupo de investigadores universitarios centrados en temáticas bolivianas.

Comentarios

JLO ha dicho que…
Desde la argentina bien pensante se valoró siempre el gobierno de Evo. Uno no está dentro, se leen todas las voces. Saludos desde Argentina

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