Por Ivan Apaza-Calle
Hubo una época donde un personaje de la celebridad boliviana hacía loas al hombre europeo, su mirada sobre los indios era de espanto, este los consideraba rebeldes, desconfiados, altaneros, sombríos, asquerosos, huraños, estúpidos, en fin... En su libro “La audiencia de Charcas”, señalaba que estos seres eran lo que son hoy las bestias para la industria. Considerado como el príncipe de las letras bolivianas, Gabriel René Moreno, era el conservador que apostaba por la eliminación del indio. Poco tiempo después, las loas eran cantadas por otros intelectuales, y al igual que el primero, seguían con la mirada de espanto. Así Alcides Arguedas y Bautista Saavedra inauguraban en el siglo XX el darwinismo social a la criolla.
El
fundamento biologista no ha cambiado mucho, los esquemas de clasificación
social a partir del color de la piel aún siguen vigentes y parece que estamos
en el mismo problema. Además a partir de la crisis en noviembre hemos visto con
más claridad este tipo de discurso, así palabras que eran de moda a finales del
siglo XIX e inicios del XX, como hordas,
salvajes y bestias humanas han tomado más fuerza para identificar a los
sujetos racializados que se rebelan y que no comparten con el pensamiento
conservador de la “alta sociedad”.
Aquello que pensamos que se acabó, no es.
Estamos equivocados si asumimos que la mirada de espanto de aquellas
celebridades ya no existe, todo lo contrario, los estímulos lisonjeros, de
compañero campesino, de buenos trabajadores, de hermanos indígenas, de
ciudadanos y “bolivianos” eran hipocresía, sino leamos las últimas
declaraciones de uno de sus herederos: Este
Comité no descansará hasta ver tras las rejas a estas bestias humanas indignas
de ser llamadas ciudadanos.
Preguntarán ustedes ahora ¿Eso es cierto? ¿Lo dijo en verdad? ¿Debe ser
un lapsus?
¡No
basta! Les creímos demasiado y necesitamos más pruebas para creer que es cierto,
porque nos metimos a la cabeza que hicieron mucho por nosotros y que deberíamos
soportar sus palabras corteses y humanas ¿Exagero? No, de ningún modo, de hecho,
el paternalismo celebre va más allá, se viste del buen samaritano que ayuda a
salir de la pobreza, sino escuchen: …colonos
que muerden la mano a esta tierra que les abre los brazos para que salgan de la
pobreza. Estas mismas ideas servirán
para justificar masacres, eso ya lo vimos a lo largo de la historia. Cualquier
acto de movilización campesina con tinte social y político, ya para el mismo
Bautista Saavedra eran “obsesiones” de “orangutanes sangrientos” que hay que
masacrar, en todo caso, hoy son considerados bloqueos de salvajes, de bestias
humanas, de terroristas y delincuentes y que sería políticamente correcto meter
bala.
En esos mismos actos (que pretenden justificar cualquier masacre) y discursos contra las denominadas bestias humanas que muerden la mano, se refleja “su humanidad” y lo civilizado de esa clase política. Miren lo que han construido: millares de indígenas que adquirieron los derechos a la educación solo hace 67 años y los que precisamente restringieron ese derecho a leer y escribir era esta misma clase política que sale hoy a acusar de ignorantes y salvajes a los movimientos sociales. Que los indios hacen salvajadas, yo no lo creo en lo absoluto, pero de que a los colonialistas y ricos les consterna la rebelión de los subalternos en contra de la ineficiencia administrativa del gobierno en la crisis de salud, en contra a los intereses económicos de los empresarios, es porque no les gusta en lo más mínimo. Y eso es precisamente una razón para semejantes discursos descabellados.
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