Por Sergio R. Romero Nina[1]
En estas fiestas occidentales donde celebran su fin de
año, hay una especie de esperanza o de renovación en la gente con deseos y
propósitos nuevos.
En mi comunidad estamos descansando y contemplando la
lluvia que nos trae el Jallu pacha, esperando que sean lluvias prósperas para
nuestras siembras.
No estamos ni en principio ni en final de ningún ciclo (tiempo
seco-tiempo de lluvia), estamos en medio de esos dos ciclos, empezamos a
analizar cómo nos fue la anterior cosecha y la siembra reciente, tomar las
respectivas prevenciones ante los
fenómenos climáticos y la intervención de la naturaleza (animales, enfermedades
propias de las siembras y plagas) y luego continuar en el trabajo de nuestros
sembradíos. En algunos casos alistando los productos agroecológicos para ser
aplicados y en otros casos en momento de parición de nuestras uywanas.
Ya se han amasado y moldeado nuestros sueños, anhelos y
comienzan a tener forma en “illas”,
formas que nos acompañarán este tiempo “illa pacha”, que nos sirven como herramientas para seguir tejiendo
familia awaykuna.
Es el tiempo donde se posicionan las autoridades
“MALLKUS-MAMA T´ALLAS” de las naciones Charcas – Qhara Qhara del norte de
Potosí. Que darán continuidad al trabajo dejado por las anteriores autoridades, no
comienzan ni finalizan: “continúan”. Continúan con el trabajo que nos han
legado nuestros abuelos el de resistir con el Modelo de Vida del Ayllu como
alternativa ante las diferentes crisis que se tienen en nuestra sociedad.
Por eso es tiempo del medio, por que no estamos
finalizando ni comenzando ciclos, solo estamos tomando un descanso en medio del trabajo constante, del Jallu
pacha, de la illa pacha, para PENSAR, SENTIR Y VIVIR MÁS EN FAMILIA, EN NUESTRO
J´ISKA AYLLU en CHAWPI PACHA.
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