EL NEWROZ (Año nuevo Kurdo)

Según el mito de formación del pueblo kurdo había un rey, Zahat, que tenía dos cabezas de serpientes sobre sus hombros. El rey alimentaba las serpientes con cabezas humanas todos los días, matando diversas personas para que ellas se alimentasen. Un herrero, Kawa, perdió 17 hijos que fueron asesinados para alimentar las serpientes del rey. Para vengarse del déspota, Kawa forjó espadas y armó a los jóvenes en las montañas para liberar la sociedad de la tiranía de Zahat; la señal para la revolución de Kawa fue una hoguera, el fuego que hasta hoy es utilizado como elemento de la revolución en la memoria de las kurdas. Cada 21 de marzo es conmemorado el Newroz, también conocido como año nuevo kurdo, que marca la llegada de la primavera en este territorio y que recuerda la revolución de Kawa. El calendario kurdo tiene como referencia una revolución contra el poder y en favor del pueblo.

El Newroz asumió una representación importante en la lucha de las últimas décadas, volviéndose una fecha no solamente ritual, sino también política. La relación de estos otros calendarios no cristianos con la memoria del pueblo es un potencial muy presente en las sociedades originarias de Abya Yala. Para los aymaras el Willkakuti/Machaq Mara es la integración entre tiempo y espacio, es la idea del tiempo intrínsecamente vinculada con la producción de la tierra y las relaciones con la Pachamama. El año nuevo aymara – 21 de junio – marca una fecha determinante en todo el ciclo productivo, el solsticio de invierno, un momento de agradecimiento a la Pachamama y al Tata Inti (el sol) por las cosechas. Para el agradecimiento, las wajt’as (mesas rituales) son quemadas, el sol del 21 de junio tiene como regalo de su llegada las mesas llameando en las montañas: el fuego. El Willkakuti/Machaq Mara no es solamente una ritualidad, es una apuesta de los pueblos andinos por otra temporalidad que asocie el tiempo y el espacio, el pensar y el vivir. El Willkakuti tiene un fondo político. Es importante tomar en cuenta el contexto. En el caso boliviano, ante un estado colonial, opresor de lo indígena y de carácter estado-nación, el hecho de reivindicar el Willkakuti es político, porque sale de lo convencional, formal, patriótico. Celebrar el año nuevo aymara es un modo de decir que nosotros no estamos en el mismo horizonte moderno occidental. Es decir, es una muestra de nuestra historia, nuestro propio thaki. No es solo otra temporalidad, no es cuestión de otro calendario. Es cuestión de un modo de vida, relacionado al mundo agrícola. En este sentido, el año nuevo de los pueblos andinos no define solamente otro calendario, sino que vincula el tiempo – como ciclos del año – con la relación con la tierra – siembra, cosecha, helada … Es la devolución al calendario de la producción de la vida misma.

Al proponer otros calendarios basados en memorias de lucha y de relación con la vida, memorias que son atravesadas por el fuego, tanto el Newroz como el Willkakuti/Machaq Mara cargan en si el germen de sociedades más democráticas.

NEWROZ PÎROZ BE! 

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